Tras un fatídico e inesperado encuentro ocurrido durante su infancia, Iván el Dilophosaurus vive convencido de que el mundo está lleno de criaturas misteriosas y huidizas, actualmente desconocidas para la ciencia, y dedica toda su energía a probar su existencia. Es superveloz y habla por los codos con cualquiera que se pare a escucharle. Sueña con protagonizar su propia serie documental y ensaya los guiones cuando piensa que nadie le escucha. Le gusta vivaquear (acampar sin tienda de campaña), ya que así dispone de espacio adicional y puede cargar cómodamente con su equipo para cazar críptidos. Se pasa la mayor parte del día explorando la naturaleza y regresa a casa solo durante un momento para documentar sus hallazgos. Hasta ahora, ha realizado numerosos avistamientos en Isla de Ámbar, pero no dispone de pruebas físicas. Seguro que hay alguna explicación para todos esos extraños encuentros...