Procedente de una familia próspera, Elías el Dimetrodon se ve a sí mismo como un ejemplar sofisticado y decente que sabe disfrutar de los placeres de la vida. Cuando no está creando platos innovadores y vanguardistas, derrocha cantidades ingentes de ámbar en lujosas cenas y excursiones de fin de semana. Su personalidad seria y estricta puede resultar un poco desagradable para ciertos individuos, pero sus expertas habilidades gastronómicas y su cordial hospitalidad hacen que su actitud poco flexible sea fácil pasar por alto. En pocas palabras: se toma muy en serio la buena comida. Mantiene una relación tormentosa con Basilio, su antiguo alumno, de quien piensa que ha desaprovechado parte de su potencial al adoptar un enfoque de la cocina poco convencional.