A pesar de ser de pocas palabras, el carácter laborioso de Raimundo el torosaurio y su simpática y amable personalidad, por no hablar de su incomparable talento como barista, hacen que sea un personaje muy querido en Isla de Ámbar. Con sus diestras garras y un giro de muñeca, puede preparar cualquier bebida, que remata con intrincados dibujos como hojas, corazones o incluso simpáticas caricaturas. A diferencia de su hermana Sabina, a Raimundo nunca le costó encontrar su vocación en la vida. Se alejó del tradicional negocio de carpintería de sus padres y cambió su apellido familiar, Cornitalla, por Toroseta, una referencia a su especie y a su variedad de café favorita. Habiendo tomado caminos diferentes en la vida, un encuentro casual con su hermana le lleva a tener... un embarazoso reencuentro.